Toma un riff, un lamido, un patrón o lo que sea que estés aprendiendo e intenta tocar solo eso primero. Empiece por tocar el riff en lugar de improvisar. Cuando el acorde cambie, ajuste el riff en consecuencia para adaptarse a los cambios. Luego, lentamente, comience a cambiar una nota aquí y allá, pasando gradualmente a la improvisación.